Daniela Hernández Camarán
Nacimos para ser libres, para vivir en paz, lejos de la violencia y las injusticias sociales a las que han intentado acostumbrar al venezolano, algunos han caído rendidos ante las injusticias procesales, otros ante el hampa que azota nuestras calles sin descanso, sin vacaciones, bajo el desamparo de las fuerzas policiales quienes en algunos casos por no encontrarse equipados adecuadamente pueden acudir al llamado de socorro de alguno de éstos desdichados ciudadanos, otros por andar de piso en piso en todo el territorio cometiendo fechorías peores que aquellas realizadas por los propios malhechores, mientras que en algún rancho de nuestra capital se encuentra un niño desamparado combatiendo el hambre y la miseria que se vive en su entorno, y en las lujosas casas de la misma ciudad un niño de alta sociedad se disputa una intrincada batalla con su compañero de clases y mejor amiga de xbox, vociferando a voz populista como hará de su eterno compañero de juegos un desastre sideral y en alguna de las casas de clase media esta una niña muy hermosa jugando en su casa de muñecas mientras su padre le prepara un deliciosa panqueca que luego disfrutaran en familia, en la esquina del Portugués esta el mendigo de la Avenida 42 embriagado con aguardiente claro que consiguió en la cantina del frente, cuando el dueño del establecimiento se la dio para que se fuera con su pestilencia al otro lado de la calle y no molestara a la distinguida clientela de esa noche, hombres de dudosa reputación que buscan mujeres de aun más dudosa reputación para ahogar las penas del día faltas de aroma al deber cumplido, cansados de oír las quejas de sus mujeres antes de salir de casa respecto a el dinero de los niños, el aseo, la comida, etc, etc, etc... continuara...
Camino al Timón de Mi Patria Venezuela
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