lunes, 17 de noviembre de 2008

Camino el Timón de mi Patria

Camino al Timón de mi Patria es una historia que se me ocurrió cuando estaba muy pequeña, un día lluvioso donde no me dejaban bajar al negocio de mis padres a jugar, porque habían muchos clientes esperando para que le acomodaran su carro, su tubo de escape, ya que para esa época de niñez mis padres poseían una fábrica de silenciadores que en invierno era muy cotizada, debido a que muchas personas ignoraban el hecho de que la humedad se comía sus silenciadores y tubos de escape y al no usarlos aumentaba ésta corrosión, porque sostenían que si no usaban mucho sus carros, éstos difícilmente se dañarían, patética conclusión, puesto que a los cuatro meses estaban en el taller horrorizados de lo poco que les duró su tubo de escape, inclusive llegaban a decir que por culpa del gobierno el hierro que nos dejaban a los venezolanos era de 4ta y por eso no duraban nuestros silenciadores. La verdad era que si no usabas el carro regularmente, es decir si no ponías en funcionamiento el tubo de escape, obviamente éste se dañaría y dicho proceso se aceleraría con ayuda de la humedad. En fin ahí estaba yo molesta con Ismary, una muchacha que me cuidaba, era hermana de William, (al que yo llamaba mano Derecha de mi mamá) un muchacho que desde muy joven trabajaba con mi madre incluso antes de que yo naciera, al que llegue a decirle a los siete u ocho años de edad más o menos, si no esperaba más de la vida, si no tenia alguna expectativa a futuro más provechosa, más ambiciosa que simplemente ser el empleado de esa fabrica, de ese taller de silenciadores, que si no deseaba ya a esas alturas poseer un taller como el de mi papá quizás para empezar, (ya William tenia como 10 años trabajando con mi mama y con tan solo 27 años de edad) mi madre horrorizada y a la vez encantada con tan duro comentario y en las profundidades de su ser, certero comentario. Porque en lo muy profundo de su ser ella pensaba lo mismo, por que su ambición era igual o más de la que yo en ese entonces poseía, debo admitir que para esas alturas de mi edad era una chica sumamente ambiciosa, una chica que no seguia ningún tipo de reglas pero que soñaba con estudiar Derecho, aunque suene ilógico para muchos extranjeros, pero para un país como Venezuela, romper las reglas y querer hacerlas es un homónimo indudable, ademas de ineludible, porque ya he visto como muchos compañeros llegan a estudiar Derecho a la facultad con sueños de justicia, de equidad y a los pocos meses ya andan haciendo injusticias con compañeros de clases y profesores. La vida no es fácil pero tampoco es imposible, el recorrer es un aprendizaje increíble y es así porque hasta éstos momentos mientras escribo recuerdo como pensaba en ese entonces, como ambicionaba tanto poder, no por el mero hecho de sustentarlo, sino por el incontrolable deseo de hacer bien con ese poder que pretendía tener, un poder al que en la actualidad con 23 años de edad huyo a toda costa, porque el poder te enferma, te hace cruel, te hace frío, calculador, te hace un ser infeliz, parece una maldición como la del Rey Midas.
Cosa que descubriría con el pasar del tiempo, con los años, con las vivencias, cuando posees dinero y poder la gente se te acerca por interés, pierdes los amigos verdaderos y ganas un monton más que se hacen llamar amigos y se burlan a tus espaldas, te engañan y aprovechan de tu poder. Pierdes el respeto y ganas indulgencia, pierdes la admiradores y te ganas un aren de chupa medias, dejas de ser el mejor y pasas a ser el más conveniente. Tus logros se olvidan y solo tu errores son blanco de tu enemigo. Muchos de los que sustentan poder llegan a olvidarse del por que están donde están, para que llegaron tan lejos y cuales eran esos motivos que lo movieron a tal posición. Abandonas a tu familia y comienzas a darte cuenta de que no deseas ese poder, quieres abandonarlo, despreciarlo, arrojarlo lejos de ti, pero ese sentimiento solo es interno, porque por fuera tienes la sensación incontrolable de sujetarlo, sabes que si pierdes ese poder te hundirás, te dejaran a solas, no habrá amigos verdaderos pero no importa de igual forma mientras tienes el poder no los has necesitado, pero se acabaran también los indulgentes, los chupa medias, los oportunistas que te rinden tributo por nada, solo por tener lo que tienes, se acabaran los servicios, la buena vida, quizás esos dolores de cabeza que traen consigo el poder, pero ganaras otros dolores de cabeza como la pobreza, la soledad, la tristeza, el cruel abandono. Es ahi donde ya te encuentras en medio de la metáfora del Rey Midas, ya no hay escape, solo estas tú y el poder, tú y las ganas de volver a la niñez, donde todo era posible en nuestros sueños, donde eras dueño del mundo en la mañana y al medio día tomabas un descanso para almorzar y tomarte un refrigerio quizás, comerte un helado para de nuevo comenzar a soñar, soñar con el mundo, para empezar a devorarlo sin hacerte daño, luego podrías más tarde salir al parque con tus amigos, amigos verdaderos, fieles que jamás te dejaban solo, que jamás te buscaban por interes, amigos con los que compartías juegos, inclusive llegabas a compartir sueños, amigos que no te juzgaban, ni se aprovechaban de ti, te respetaban, eran sinceros, sin una mínima pizca de maldad. Pues bien así fue como nació mi filosofía, mi historia o como deseen llamarlo, quizás mi metafora, de Camino al Timón de mi Patria...!!! Soñaba simplemente a ser La Presidenta de mi País Venezuela, soñaba con la transformación, con un cambio, con nuevos ideales, valores democraticos, soñaba con una realidad que cada día se vuelve una vulgar fantasía, un sueño y nada más. Una Patria soberana, pulcra, pluralista, llena de diversidad y respeto, democracia, participación, llena de amistad, de hermandad, de patriotismo...

Daniela Hernández Camarán.
Pagina Web: http://danielahernandezcamaran.blogspot.com