viernes, 25 de junio de 2010

EL PRECIO DE LA JUSTICIA EN VENEZUELA

Para nadie es un secreto que en Venezuela, la justicia historicamente tiene su precio. Hay que ser bien tonto o muy audaz para pretender ignorar esta aseveración. Y es que en nuestra Venezuela cada persona tiene su precio, por ende, la justicia también tiene el suyo. Pocos tienen la posibilidad de acceder a ella - a la justicia- pues es un plato gourmet, al que, solo los más adinerados y consecuentemente, los más poderosos tienen acceso, es un plato perfecto, no te llena ni repugna, es sencillo y complejo a su vez, todo dependerá del foco en que lo mires.

Esto se remonta a tiempos históricos de la 4ta República, pero también forma parte del presente, aunque ha revolucionado un poco; y es que, si vives en un rancho, si vives en un barrio, incluso si vives en una zona no muy populosa, corres el riesgo de ser excluido de la lista de los agraciados con este plato, porque es posible, que con algo de dinero no tengas la posibilidad de degustarlo. En la actualidad no basta con ser adinerado para acceder a la justicia, o a dicho plato, pues, ahora entra en juego todos los poderosos. Antes con dinero tenias poder, ahora solo con designación tienes poder, luego viene el dinero.

Es lamentable tocar este tema, pero aún lo es más, no hablar de ello, es una verdad que no podemos pretender tapar con un dedo, eso nos convertiría en cómplices de la desfachatez y la sin vergüenzura, cómplices de cada una de las corruptelas de este Gobierno y de los pasado, porque ésta problemática para nada es nueva. Todos lo saben, todos sin excepción.

Entre tanto, en las calles del país es más que obvia la desidia apoderándose de ellas, la viveza de muchos ciudadanos, la delincuencia que ha sido desde ya hace mucho el pan nuestro, ya hoy día no solo te roban, sino que de paso, te asesinan como un perro, que digo como un perro, como nada, como si fueras un pedazo de papel que lanzas a la basura, como si fueras al baño a hacer tus necesidades, es algo tan común que asusta. Los cuerpos de Investigación cuando van al levantamiento del cuerpo, si no ven un familiar o si simplemente no tienen ganas de investigar, dan el fallo de que fue un vulgar ajuste de cuentas.

Entonces, mi pregunta es: ¿acaso debemos conformarnos con ser el mayor productor de petroleo del mundo, de las mujeres más hermosas del Universo, ser uno de los mejores productores de ron del país? De paso, ¿presumir de ello? ¿es suficiente? acaso tener una educación de calidad, ser un país consolidado en valores ¿no es también una prioridad?

Somos productores de petroleo y el país más rico de latinoamericana y paradójicamente el más pobre, quizás uno de los más pobres, pues Haití nos hace la ruda competencia. Pero en pobreza nada tenemos que envidiarle a Haití, con todo y terremoto. Aquí sin terremotos, tenemos escasez, delincuencia por ende, inseguridad, no existe propiamente un Estado de Derecho, aunque por tv nuestro presidente nos hace un show bipolar, primero habla de que aunque hay toneladas de comida podrida, tenemos una mejor situación, aunque haya kilómetros en containers de comida descompuesta o vencida y no solo alimentos, también medicinas, es pues, solo una pequeñez, ya que nuestro Gobierno Revolucionario creo bodegas de Mercal y eso ha traído beneficios al pueblo. ¿Cuan estúpidos pueden ser muchos venezolanos, al aceptar dicha comparación, entre toneladas, miles y miles de toneladas de comida podrida y unas cuantas bodegas en toda Venezuela? es incluso hasta aberrante esta acotación, es muy psicodélico ese discurso, absurdo por demás.

¿Y la gente que? bueno, ahí, haciendo chiste de todo y peor es la oposición, se matan en la mesa de Unidad, mientras los políticos opositores mediáticos en vez de hablar del crimen de lesa humanidad que representa dejar descomponer toda esa comida, pues atenta contra la humanidad, tomando en cuenta primero la cantidad de gente que pasa hambre en este país, más los pobres Haitianos y demás ciudadanos que se las ven feas con el tema del hambre en toda America, incluyendo a EE.UU que aunque no lo crean, también tiene su cota de hambruna, en algunas barriadas del país, de paso incluyamos a África, en fin, esto representa a mi criterio un crimen. Un crimen que no prescribe -por cierto- y quien ignore el tema es corresponsable, pues es tarea de todos mantener esa noticia viva, por ellos a esa oposición podrida y mediática, va mi reprimenda, porque no es posible que se puede ser tan imbécil o tan inútil en este país. Porque hay que ser verdaderamente inútil como para dejar pasar el tema por debajo la mesa y a su vez llamarse "Oposición Política". Y todavía el mundo entero se pregunta como es posible que se mantengan políticas bananeras en nuestro país. La respuesta es otra pregunta: Con esta oposición, ¿como no?

Y para no alejarme del tema principal, "la justicia" a propósito de la celebración del Día del Abogado, absurda también, porque hay que ser descarado, no entiendo como es posible que hayan tenido los cojones del TSJ, los abogaduchos que nos representan en la asamblea y lo no también, de celebrar semejante día, después de la gran gracias que han plantado en 10 años.

¿Como pueden algunos tener la voluntad de celebrar el día del abogado en este país, cuando Maria Lourdes Afiuni esta presa? Por solo haber concedido por derecho la libertad condicional a Eligio Cedeño.
Con dolor toco el tema, porque me pongo primero en los zapatos de esa niña, la hija de la Jueza Afiuni, una chica de ya 18 años, quien perdió a su madre, a su confidente, porque el hecho de que le roben su libertad cambia por completo el día a día de ambas y su demás familiares, me pongo en sus zapatos y pienso en que si esa jueza fuera mi mamá, no cabria dentro de mi la impotencia, la rabia, la decepción de la mal llamada justicia, porque aquí no existe, aquí existe es la injusticia. Y también me pongo en los zapatos de la Jueza, si fuera yo quien estuviera presa, por honesta y correcta, con mi hija a merced de todo, indefensa, sin mi protección, por primera vez en la vida. Mientras yo me pudro en la cárcel por ser correcta. Por no tener poder para defenderme, porque ser correcto no es un boleto a la libertad, sino todo lo contrario.

La pregunta: ¿por cuanto más? ¿cual es tu precio?


Daniela Camarán.
Correo: danielacamaran@gmail.com

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