Desde que me levanto hasta que me vuelvo a dormir, soy una perseguida. En principio, consideraba que solo era un delirio de mi parte, pero ya después de muchos episodios y sobre todo después de volverse el día a día de los días, concluí y mantengo así, como la realidad que me aqueja y sé, que aqueja a muchísimos venezolanos en la actualidad, a unos con mayor frecuencia, otros con mayor intensidad y otros que les ha costado hasta la libertad.
En cuanto abro los ojos, muy temprano en la mañana, a eso de las 5:00am, solo sé, que esa persecución que siento en esa hora hasta abrir la puerta de mi apartamento, es solo el delirio del cual en un principio solo sospechaba. En esa hora, solo me dedico a la rutina mañanera mas liviana y pacifica del día, solo están, el espejo del cuarto de baño, la ducha, mi cepillo dental y de peinar, la toalla y yo. Ellas no me critican, no me molestan, solo están ahí para servirme, para complementar mi aseo y para hacerme más llevadero el día, aunque, solo ese pequeño instante, mi molestia para ese momento quizás, es mi mente, que en ocasiones revive el día anterior o las situaciones que más han marcado mi vida desde que empecé a quejarme de las injusticias de mi país, desde que abrí el blog y desde que salgo a la calle a manifestar por las irregularidades de éste gobierno opresor.
Después de ellas, después de esa hora, toda paz y delirio de persecución termina para darle comienzo y rienda suelta a la realidad.
Son las 6:00am, mi rutinaria mañana de paz, se esfuma de mi día justo al abrir la puerta del apartamento, trato de no hacer mucho ruido para ver si corro con la suerte de saltarme el primer obstáculo del día, toda acción se vuelve en vano, cuando ya estoy terminando de abrir la reja, una voz chillona y esperada me retumba los oídos y la cabeza. ---Hola Vecina, ¿como amaneciste de tremenda paliza?--- Es mi vecina Laurita, recordandome la pesadilla que viví el día anterior, donde fuí perseguida por un grupo adepto y muy pero muy entrenado del oficialismo, que siepre nos persigue en nuestras manifestaciones, para golpearnos y que el día anterior nos habia dado una golpiza tremenda. Laurita, es una mujer de unos 48 años de edad, su camisa roja rojita me deja ciega en un segundo, un logo en su seno izquierdo del Metro de Valencia, hacen obvio su lugar de trabajo. Una mujer soltera, pero no falta de pretendientes, por lo que sé, no porque me interese, sino porque cuando no me detiene para decirme escuálida o pedirme que me una al Psuv, o para contarme las marramuncias de AD, COPEI, etc. De la 4ta república, que según ella, ya no pueden hacer... (supongo que porque ya Chávez ha acaparado todo el mercado de la corrupción), se detiene simplemente para contarme que ha salido con tal o cual tipo, que le gustan más los taxistas, que los policías son así, son asá... En fin me llena de su parloteo sin fin y yo con mi cara de indisposición solo asiento a su parloteo, luego después de varios minutos, hago gestos de apuro y logro finalmente entrar o irme del infierno. Esa mañana había salido muy sonriente, como satisfecha de algo, después de ese saludo cordial, me dispara con una palmada fuerte en la espalda lo siguiente. ---Sí no fueras escuálida, desde hace rato estuvieras enchufadísima en el gobierno o al menos no llevarías tanta paliza como últimamente--- Solo pensé, ¿últimamente? sonreí y intente continuar mi camino, y para mi grata sorpresa, se despidió y decidió bajar las escaleras. Ese fue solo el primero de tantos encuentros diarios en los que me toca lidiar con un Chavista. En lo que tomo el ascensor, repleto de personas, para variar, decido dar un cordial ---Buenos Días--- y solo adentrar en la profundidad de mis pensamientos, tratando de poner en orden mis cosas ahí dentro, desde la reunión con mis compañeros de la comisión de Derechos Humanos de la Universidad, para puntualizar y concretar las acciones del día que cubren desde una concentración hasta una serie de reuniones, con partidos políticos de oposición, demás integrantes del movimiento estudiantil y además de la sociedad civil. Porque para ese momento, luchabamos para que no se aprobara la inconstitucional enmienda, que permitió finalmente la reelección perpetúa de la cual Bolivar habló una vez, oponiendose a la misma, dejandonos sus pensamientos expresos en sus discursos y escritos.
Finalmente se abre la puerta del ascensor, me mantengo medianamente sumergida en mi agenda mental, cuando me encuentro con un conocido del edificio, que además de oficialista es fanático del Presidente, con una gran carcajada me dice: ---¿Que pasó escuálida, hoy quieren más? me contaron que se van a concentrar en distintos puntos de la ciudad para entregar papelitos del terror en contra de nuestra enmienda? Mejor ni se te ocurra, porque te vamos a hacer sudar la gota gorda. Les vamos a caer con todo. Soltó una carcajada, luego me guiño el ojo y me dijo, -No chica pero tranquila, eso no pasará de unos golpes.--- Sonreí y emocionada de lo vivido el día anterior, respondí: --Si ese es el costo por salvar la Patria, estoy dispuesta a pagarlo y mucho más.--- El solo respondió con un ---UH, AH, Chávez no se va!!!--- Solo ignore su grito de guerra y continúe, camine un par de cuadras para finalmente conseguir la parada del transporte, allí hago por lo general una pequeña cola, por ser tan temprano, tomo el primero del día. Va medianamente vacío, muchas caras conocidas, jóvenes y adultos, de distintas facultades, algunos de Ingeniería, otros de Faces, Face y las de Fcjp, mi facultad, mi amada facultad. En el recorrido comparto con mis compañeros, quienes ansios me preguntan como me ha ido el día anterior, pudieron ver las noticias y lograron enterarse sobre los compañeros de Derechos que estuvieron presos y que hasta ese momento solo debía presentarse ante un juzgado militar por ofensa a los símbolos patrios y otro por supuestamente haber atacado a un Centinela, cosa ésta última que desmentí de raíz, pues yo estuve ahí y mi amigo y compañero, jamás ataco a ningún centinela, por el contrario, intervino en que desistiéramos de molestar con preguntas y solicitudes al General porque era obvio que solo molestábamos y además éramos ignorados por el mismo. Y en cuanto mi amigo nos dijo eso, éste General salto de golpe y dio la orden de que apresaran a mi compañero y amigo.
Recuerdo ese día con mucha nostalgia ahora que ha pasado algún tiempo, nostalgia y también con mucha decepción, porque se abría más y más ante mi esa realidad de que este país se ha venido y se viene cayendo a pedazos, siento en ocasiones, que entre más acciones que empeñamos para intentar levantarlo o sacarlo de éste hueco en el que se ha sumergido, más lo perdemos. Sé que nada ha sido en vano, pero recuerdo con mucha tristeza una serie de injusticia que se nos hacía por solo llevar una franela distinta a las rojas, con pensamientos de Bolívar que reflejaban la equivocación de éste gobierno al querer aprobar una enmienda que iba por completo en contra de los ideales Bolivarianos, acaso, somos entupidos, como pueden intentar engañarnos con ese discurso que tildan de bolivariano cuando dice cosas opuestas a Bolívar, cuando el discurso contradice a Bolívar. Mayor fue mi decepción cuando después de tantas luchas, después de tanta sangre, sudor, penuria, lagrimas y muchísimos golpes recibidos, 6.319.639 personas, según 3er Boletín Oficial del C.N.E y la abstención del 30% de votantes, decidieron que Bolívar estaba equivocado y Chávez tenia la razón en querer reelegirse y por lo tanto jugaron a la aprobación de una Enmienda de la que muchos ahora se arrepienten al ver los ajustes económicos y eso que no saben los que vienen, al ver más de lo mismo y menos de lo medianamente bueno, pero como a pesar de esa pírrica victoria del oficialismo y de los equivocados, porque no tienen otro mejor calificativo, que aprobaron y los del 30% que contribuyeron a esa locura, yo sigo llena de optimismo, a pesar de los mismo insultos matutinos, a pesar de mi vecina, de sus comentarios copiados de la hojilla que no dudo mirará cada noche como todo Chavista que se respeta y que no también, a pesar de la persecución diaria, que no es mentira, ni delirio, es tan real como la arepa y el hambre, tan cruel como el frío y lo húmedo del invierno en los cartones de los indigentes de Valencia y el País, tan real como la pobreza en Venezuela, como la inseguridad en la UC y las calles del País, como el temblor de hace unos días en nuestras distintas ciudades, tan real como que Chávez es nuestro Presidente, y como la frase esa que he escuchado por ahí últimamente, de que cada pueblo tiene el gobernante que merece, eso sí, yo Daniela Hernández Camarán, no tengo el Presidente que merezco, soy victima de la realidad de mi país, soy victima a veces tambien de mi conciencia, de mis ideales, de mis principios y mi moral que bajo ninguna razón dejare quebrar, razón que me hace victima de la misma, ni por todo el oro del mundo ni mucho menos por todos los golpes y bajos con los que nos pretenden o pretendan someterme y aunque suene contradictorio doy gracias a Dios de que mi realidad es medianamente buena en comparación a la de mis muchos otros amigos, que en la actualidad, son más rígidamente perseguidos, no solo por seguidores oficialistas como lo soy yo, sino por el propio Estado venezolano, por el propio gobierno que los quiere desterrados de la libertad con la que nacieron y nacimos todos, pero de la que pocos aún gozan, por dejarse quebrar por miserables bolívares, un puesto de trabajo o peor aún, por nada, solo el miedo a ser perseguidos o insultados, hoy meses después de haber vivido muchísimos atropellos por oponerme a una mentira como lo era y sigue siendo a pesar de su aprobación, la enmienda constitucional, porto en ocasiones, mi franela de NO ES NO, porque es mi verdad y la verdad de Bolívar, que llevare con orgullo durante toda mi vida, una verdad que no descansaré hasta verla plasmada de nuevo en las bases de nuestra constitución y que se mantiene latente en el corazón de 5.198. 006 de venezolanos que votamos por la mejor opción, LA VERDAD. Porque nos duele el país y porque sabemos que ya no hay tiempo para nosotros, pero si depende de nosotros aún, que mañana haya tiempo por los que vienen detrás, de disfrutar la Patria de Bolívar, la que nos vio nacer, la que nos crió y nos acoge en su regazo y jamás nos abandona, ni a nosotros los luchadores ni a aquellos, que la venden a veces hasta por un pedazo de pan.
Por pensar como pienso, cada día me topo con gente que me golpea por ello, me persigue, incluso he llegado a estar dentro de un centro comercial temiendo por mi integridad y la de mis compañeros mientras un grupo de personas armadas hasta los dientes y hasta apoyadas por los organismos de seguridad Militar en ocasiones, nos vociferan insultos y nos esperan para seguir golpeándonos, recuerdo incluso el día en que ocurrió eso del centro comercial, en el que un señor obviamente adepto al gobierno, que además iba vestido con una franela roja que decía UH, AH Chávez no se va, me decía a mi y mis amigos:
--- Miren cobardes, pero porque no salen y pelean, sifrinitos.--- Y yo sudada, sucia, con mi piel raspada de haberme caído, con una amiga a mi lado que sangraba por la nariz y tenia varios golpes en su cuerpo, lloraba y me sujetaba fuerte el brazo, pude responder llena de furia y muchísimo dolor, pero con una actuada tranquilidad:
--Señor, nosotros somos estudiantes, somos jóvenes, somos luchadores de esta patria, nuestras armas son los libros, los pensamientos y nuestras convicciones, nuestro escudo, es el pensamiento de Bolívar, el cual heredamos, por ser hijos de Venezuela.---
Continuará...
Daniela Hernández Camarán.
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SIN DICTADURAS
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